
Siempre es difícil afrontar una hoja en blanco con lápiz en mano, sobre todo si se trata de relatar acciones que involucran recuerdos y emociones, como es en esta ocasión.
En un proceso de reflexión inicial de poco a poco la niebla que borraban mis recuerdos se aclara al igual que mi memoria.
Una de las preguntas mas frecuentes que me hago y me hacen otras personas, es el cómo yo siendo de profesión un Ingeniero Industrial y de una formación técnica que inicia desde la educación secundaria tengo su principal actividad y modo de sustento en la ocupación de maestro.
A esto siempre he contestado a una manera muy simplista diciendo que soy maestro “solo de las asignaturas que corresponden a mi especialidad o profesión”, ya que trabajo en una escuela de Bachillerato Tecnológico. Aun sin razonar esta respuesta pretendo silenciar algunos sentimientos que de alguna forma u otra influyen en la función docente que desempeño.
Primero, porque me genera incomodidad el estar inmerso en un campo laboral que no es el industrial donde supuestamente me debería desarrollar, También me justifico ya que los conocimientos sobre los cuales pretendo influir en mis alumnos si corresponden a mi formación profesional.
Esta doble actitud ante mi trabajo no recuerdo bien donde se origina, lo que si recuerdo es la primera situación en el que enseñar y aprender no precisamente se dieron en el entorno de un aula y con una relación de alumno maestro.
- La primera situación se da en la realización de una practica de mecanizado donde era necesario tornear un eje en un torno paralelo, dicha practica un compañero no la podía realizar y en la ausencia del maestro me pregunto sobre el proceso a seguir, yo entonces le explique como realizarlo, preguntando mi compañero ¿Cómo era posible que yo conociera el proceso?
Respondiéndole entonces que lo conocía porque tenia el conocimiento previo desde la educación secundaria, ya que había estudiado en ella el taller de maquinas y herramienta. Ahora entiendo que esto solo pudo pasar por tener aun sin saberlo uno de los elementos indispensables que toda persona que pretende enseñar debe de poseer, que es el hacer propio el conocimiento antes de intentar comenzar su apropiación en otro sujeto. En este caso el sujeto fue mi compañero de clase.
- El segundo acercamiento a la función docente se da cuando realizo el servicio social obligatorio en la carrera de Técnico Industrial. Esta actividad la realice en una escuela preparatoria ayudando como auxiliar de laboratorio de química.
Entonces al preparar el material para las practicas, estaba en situación de observar el lado oculto para el alumno de la función docente; donde se planea y prepara todo lo que debe ocurrir; antes, durante y al termino de la sección de clase (en este caso de la practica), En este segundo acercamiento me quedo claro que en realidad todos en algún momento de nuestra vida nos involucramos en la tarea de enseñar por lo que seria aconsejable aprender a aplicar funciones docentes considerando que esto debería de ser a partir del bachillerato, y sobre todo si conlleva una competencia laboral (Bachillerato Tecnológico).
- El tercer contacto en la labor docente lo tuve en un entorno exclusivamente laboral. Recuerdo que era mi primera oportunidad laboral y tenia como tarea el enseñar a usar el calibrador vernier a un grupo de ayudantes, esta fue quizás la experiencia mas desastrosa de mi vida como maestro, al perder la paciencia y no tomar en cuenta que los auxiliares o ayudantes no contaban con el mínimo de conocimientos previos, de manera tal que obtuviéramos el resultado deseado.
Después de esta experiencia y cursados ya seis semestres en la licenciatura de ingeniería, me nace la inquietud por tener otros conocimientos además de mi formación profesional es decir tener la habilidad para comunicarlos y socializarlos con otras personar que no los tienen. ¿Qué mejor forma sino es haciéndolo como lo hacen los expertos en ello? ¡Los docentes!.
Por esto o por las maestras, por demás guapas me inscribí en un curso de diplomado llamado “Nivelación Pedagógica” en una Escuela Normal Superior del Estado de Hidalgo y cuya duración fue de un año.
Ahora con una panorámica mas amplia de la función docente comprendí que en todo que hacer humano están implícitas situaciones de aprendizaje y que por lo mismo los conceptos básicos de la metodología docente deberían ser temas obligados en la curricula de la formación profesional.
Después de todo ¿quién puede enseñar de mejor manera a un discípulo de medico? Si no es el propio medico, Siendo esta regla general en todas las profesiones.
En realidad la primer experiencia en el aula como docente frente a grupo no resulto ser tan traumática como en otras coacciones me comentan, lo ha sido para algunos compañeros, tan es así que en poco tiempo llegue a considerar que seria muy improbable el que yo retornara al entorno industrial, donde me privarían del fresco comportamiento de mis alumnos y su alegría plena de vivir la que es la mejor época de la vida (adolescencia).
En ocasiones reflexiono si pudiese ser maestro de primaria o secundaria y la respuesta que me doy es, ¡No¡ Ya qué nunca renunciaría a la formación profesional (Ingeniero Industrial). Y por la experiencia vivida en la educación superior (dos años en la cátedra de la materia de resistencia de materiales) tampoco me sentí cómodo al comprobar que los alumnos en esta época ya quieren dejar las aulas de manera apresurada y ocuparse laboralmente con el fin de obtener una independencia; económica, afectiva y de aprendizaje.
Situación completamente normal para esta etapa de su vida (juventud).
El nivel de la educación media superior es de esta manera el modelo en el cual me desempeño como docente.
Considero que el alumno en educación media superior por edad y características propias de la adolescencia tiene el mayor potencial para desarrollarse en el aula si tomamos en cuenta lo siguiente:
Disposición para adquirir mas conocimientos de manera mas razonada.
Conserva el asombro por situaciones y cosas nuevas.
Es curioso ante las situaciones que lo rodean.
Conserva cierto grado de maleabilidad de la niñez.
Es autónomo en las tareas y razonamientos escolares.
En suma es casi el alumno ideal existiendo solo una característica que opera en su contra, el que es desesperare por la lentitud en que sus esquemas cambian, lo que en algunas situaciones puede degenerar en indisciplinas.
Por ultimo al ponderar las satisfacciones en contraposición con las insatisfacciones del trabajo docente, estoy convencido que son mucho mayores las primeras, porque me permiten la seguridad de realizar mi trabajo cercano a mi familia y relacionar mi actividad docente en el entorno familiar, (tengo dos hijas en la edad de bachiller), y generar el ingreso económico para mi familia.
Y por permitir mi desarrollo personal ya que la función docente implica una constante superación tanto en lo disciplinar como en lo humanístico.
Los aspectos negativos son mínimos en realidad y con tristeza pienso que en la mayoría de las ocasiones se generan por aquellos dos factores que deberían ser coadyuvantes de la labor docente:
- El primero la administración que so pretexto de una vocación apostólica no se aplica en disponer de los elementos idóneos que deben acompañar al alumno, conocimiento, maestro y tarea en una conjunción sinérgica dentro del aula.
-Segundo la participación de los padres de familia que aun cuando son bien intencionadas resultan desastrosas cuando sobreprotege y condicionan a su hijo para obtener los resultados presupuestos en el entorno escolar.
En un proceso de reflexión inicial de poco a poco la niebla que borraban mis recuerdos se aclara al igual que mi memoria.
Una de las preguntas mas frecuentes que me hago y me hacen otras personas, es el cómo yo siendo de profesión un Ingeniero Industrial y de una formación técnica que inicia desde la educación secundaria tengo su principal actividad y modo de sustento en la ocupación de maestro.
A esto siempre he contestado a una manera muy simplista diciendo que soy maestro “solo de las asignaturas que corresponden a mi especialidad o profesión”, ya que trabajo en una escuela de Bachillerato Tecnológico. Aun sin razonar esta respuesta pretendo silenciar algunos sentimientos que de alguna forma u otra influyen en la función docente que desempeño.
Primero, porque me genera incomodidad el estar inmerso en un campo laboral que no es el industrial donde supuestamente me debería desarrollar, También me justifico ya que los conocimientos sobre los cuales pretendo influir en mis alumnos si corresponden a mi formación profesional.
Esta doble actitud ante mi trabajo no recuerdo bien donde se origina, lo que si recuerdo es la primera situación en el que enseñar y aprender no precisamente se dieron en el entorno de un aula y con una relación de alumno maestro.
- La primera situación se da en la realización de una practica de mecanizado donde era necesario tornear un eje en un torno paralelo, dicha practica un compañero no la podía realizar y en la ausencia del maestro me pregunto sobre el proceso a seguir, yo entonces le explique como realizarlo, preguntando mi compañero ¿Cómo era posible que yo conociera el proceso?
Respondiéndole entonces que lo conocía porque tenia el conocimiento previo desde la educación secundaria, ya que había estudiado en ella el taller de maquinas y herramienta. Ahora entiendo que esto solo pudo pasar por tener aun sin saberlo uno de los elementos indispensables que toda persona que pretende enseñar debe de poseer, que es el hacer propio el conocimiento antes de intentar comenzar su apropiación en otro sujeto. En este caso el sujeto fue mi compañero de clase.
- El segundo acercamiento a la función docente se da cuando realizo el servicio social obligatorio en la carrera de Técnico Industrial. Esta actividad la realice en una escuela preparatoria ayudando como auxiliar de laboratorio de química.
Entonces al preparar el material para las practicas, estaba en situación de observar el lado oculto para el alumno de la función docente; donde se planea y prepara todo lo que debe ocurrir; antes, durante y al termino de la sección de clase (en este caso de la practica), En este segundo acercamiento me quedo claro que en realidad todos en algún momento de nuestra vida nos involucramos en la tarea de enseñar por lo que seria aconsejable aprender a aplicar funciones docentes considerando que esto debería de ser a partir del bachillerato, y sobre todo si conlleva una competencia laboral (Bachillerato Tecnológico).
- El tercer contacto en la labor docente lo tuve en un entorno exclusivamente laboral. Recuerdo que era mi primera oportunidad laboral y tenia como tarea el enseñar a usar el calibrador vernier a un grupo de ayudantes, esta fue quizás la experiencia mas desastrosa de mi vida como maestro, al perder la paciencia y no tomar en cuenta que los auxiliares o ayudantes no contaban con el mínimo de conocimientos previos, de manera tal que obtuviéramos el resultado deseado.
Después de esta experiencia y cursados ya seis semestres en la licenciatura de ingeniería, me nace la inquietud por tener otros conocimientos además de mi formación profesional es decir tener la habilidad para comunicarlos y socializarlos con otras personar que no los tienen. ¿Qué mejor forma sino es haciéndolo como lo hacen los expertos en ello? ¡Los docentes!.
Por esto o por las maestras, por demás guapas me inscribí en un curso de diplomado llamado “Nivelación Pedagógica” en una Escuela Normal Superior del Estado de Hidalgo y cuya duración fue de un año.
Ahora con una panorámica mas amplia de la función docente comprendí que en todo que hacer humano están implícitas situaciones de aprendizaje y que por lo mismo los conceptos básicos de la metodología docente deberían ser temas obligados en la curricula de la formación profesional.
Después de todo ¿quién puede enseñar de mejor manera a un discípulo de medico? Si no es el propio medico, Siendo esta regla general en todas las profesiones.
En realidad la primer experiencia en el aula como docente frente a grupo no resulto ser tan traumática como en otras coacciones me comentan, lo ha sido para algunos compañeros, tan es así que en poco tiempo llegue a considerar que seria muy improbable el que yo retornara al entorno industrial, donde me privarían del fresco comportamiento de mis alumnos y su alegría plena de vivir la que es la mejor época de la vida (adolescencia).
En ocasiones reflexiono si pudiese ser maestro de primaria o secundaria y la respuesta que me doy es, ¡No¡ Ya qué nunca renunciaría a la formación profesional (Ingeniero Industrial). Y por la experiencia vivida en la educación superior (dos años en la cátedra de la materia de resistencia de materiales) tampoco me sentí cómodo al comprobar que los alumnos en esta época ya quieren dejar las aulas de manera apresurada y ocuparse laboralmente con el fin de obtener una independencia; económica, afectiva y de aprendizaje.
Situación completamente normal para esta etapa de su vida (juventud).
El nivel de la educación media superior es de esta manera el modelo en el cual me desempeño como docente.
Considero que el alumno en educación media superior por edad y características propias de la adolescencia tiene el mayor potencial para desarrollarse en el aula si tomamos en cuenta lo siguiente:
Disposición para adquirir mas conocimientos de manera mas razonada.
Conserva el asombro por situaciones y cosas nuevas.
Es curioso ante las situaciones que lo rodean.
Conserva cierto grado de maleabilidad de la niñez.
Es autónomo en las tareas y razonamientos escolares.
En suma es casi el alumno ideal existiendo solo una característica que opera en su contra, el que es desesperare por la lentitud en que sus esquemas cambian, lo que en algunas situaciones puede degenerar en indisciplinas.
Por ultimo al ponderar las satisfacciones en contraposición con las insatisfacciones del trabajo docente, estoy convencido que son mucho mayores las primeras, porque me permiten la seguridad de realizar mi trabajo cercano a mi familia y relacionar mi actividad docente en el entorno familiar, (tengo dos hijas en la edad de bachiller), y generar el ingreso económico para mi familia.
Y por permitir mi desarrollo personal ya que la función docente implica una constante superación tanto en lo disciplinar como en lo humanístico.
Los aspectos negativos son mínimos en realidad y con tristeza pienso que en la mayoría de las ocasiones se generan por aquellos dos factores que deberían ser coadyuvantes de la labor docente:
- El primero la administración que so pretexto de una vocación apostólica no se aplica en disponer de los elementos idóneos que deben acompañar al alumno, conocimiento, maestro y tarea en una conjunción sinérgica dentro del aula.
-Segundo la participación de los padres de familia que aun cuando son bien intencionadas resultan desastrosas cuando sobreprotege y condicionan a su hijo para obtener los resultados presupuestos en el entorno escolar.
 

Qué tal Arturo interesante y única la forma en que incursionamos en la docencia, pero lo más importante es el compromiso que tenemos con nuestro medio social, escolar y personal en donde consideramos la responsabilidad de desarrollar la práctica docente de la mejor manera.
ResponderEliminarSaludos
Hola Betote, primero que nada gracias por dar tus comentarios en este “tu blog”, estoy de acuerdo contigo, al entender la gran responsabilidad de la tarea de ser docente. Es por eso que estoy tomando esta espacialidad, siento que me fortalece en aspectos que no había actualizado como es el uso de las tics y los fundamentos pedagógicos modernos.
ResponderEliminarHasta luego, Arturo.